jueves, 2 de julio de 2009

Bendita tu luz, bendita mi oscuridad

Podría ser interesante recorrer tu cuerpo, sin siquiera saber tu nombre, pretender que somos 2 desconocidos con un inicio accidentado tratando de llegar al final, pero con muchas ganas de hacerlo eterno.

Que te quedarás en mí, que yo te hiciera sentir, que te dejara yo entrar, con la esperanza de que tan pronto acabaras, te quisieras salir, que no tengo que fingir que te quiero, que me regalas una caricia, esperando hacerme reaccionar, escapar a ese lado obscuro y no quedar atrapado en mi lado obscuro.

Un ejercicio mental para acabar en una simple pasión fugaz, victímas del instinto, complices del destino, no tengo que excusar mis razones y tu no tienes que callar tus voces, sobran palabras, faltan momentos, sabemos que no habrá más que un instante coincidido en el firmamento, que nos unió y nos empujo a este momento.

Ni siquiera me recuerdo a mi mismo ante el espejo, demasiada libertad guardada en un cuerpo, bendita tu luz que se confunde con mi necesidad, bendita mi oscuridad que te sirven para empezar...

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