martes, 11 de octubre de 2011

Ejercicio de descripción

Papá no quiere hablar del tema, de hecho, en casa nadie habla, estoy sentado al pie de la escalera, solo veo como entra y sale gente del despacho, y en mi cabeza la misma imagen que no logro borrarla, el cuerpo de mi madre inerte, brotando sangre, con los ojos perdidos en la nada, sin un solo movimiento, y en la mano derecha un revolver que aún sostiene como si no quisiera se lo arrebatarán.


En cuanto escuchamos el disparo todo se detuvo, Manuela, la muchacha del servicio corrió despavorida al despacho, de ahí vino ese estruendo que estoy seguro nunca voy a olvidar, sus gritos fueron lo siguiente que escuche, me dio miedo, me quede inmóvil, solo vi a mi hermano mayor brincar cuantos obstáculos le aparecían en el camino, comenzó a pedir ayuda, camine con miedo, no sé si fue por curiosidad, o porque no soporté quedarme solo en la estancia, cuando mi hermano vio que me acercaba me pidió con lágrimas en los ojos que no entrará, -¡no entres, no entres, no entres!- grito, pero yo no lo escuche, sentí quebrarme el alma, la llegada de una ausencia que nunca se iba a marchar, baje la mirada, y me acerque a ella, le tome su mano y la apreté, con la desesperación de alguien que busca una señal de vida, le hable al oído mientras las lágrimas me comenzaban a brotar, quería odiarla por abandonarme en este infierno, quería aborrecerla por no llevarme con ella, pero no pude, al contrario, sentí una gran ola de amor por ella, la observe con mucho cuidado, como si estuviera dormida, ni siquiera yo que siempre me jacte de conocerla más que todos, pude sospechar que algo así iba a pasar, lleve mis manos hacia sus ojos y de un solo tajo los cerré –ahora ya descansa- dije, para luego dar marcha atrás.


La casa es un caos, Alberto, mi hermano mayor ha discutido casi a golpes con mi padre, le ha dicho que es su culpa, que es el único responsable de esto, mi padre ha callado, no llora, no habla, le han caído los años de golpe, y se ha encerrado en su habitación, Manuela ha intentado sacarme de este caos, pero no hay poder humano que pueda moverme de este escalón, Genaro, mi otro hermano viene en camino, no sabe nada, solo le han dicho que ha ocurrido un accidente, y que es urgente que regrese, el tiempo se detiene, tengo frío, pero ni siquiera eso me hace levantarme, observo todo, callado, el único lazo que siempre sentí con esta familia se ha quitado la vida, ella ha partido, pero yo siento que me he quedado sin familia, me siento ajeno, tan ajeno, tan perdido, mi tiempo roto, yo también quiero irme de casa.


Escucho que están por sacar el cuerpo, el doctor ha pedido que me lleven a otro lugar, dice que puede ser un impacto fuerte para mi edad, pero me rehusó, no me voy a mover, no me muevo, y no me muevo, dos trabajadores de mi padre intentan moverme por la fuerza, pero no lo logran, me he convertido en una piedra, soy parte de este escalón, Manuela hace el intento de jalarme, y yo solo trato de zafarme, bola de idiotas, ¿qué puede ser peor que encontrar a tu madre sobre el suelo sin vida?, se rinden, y ya no quieren perder el tiempo, han pasado ya varias horas desde el disparo, al voltear hacia la puerta veo a Alberto, con la camisa blanca arrugada, manchada de sangre, los ojos rojos, y los puños bastante lastimados, no se tiene que acercar mucho para percibir que ha bebido, no es novedad, mi hermano siempre suele curarse en alcohol, y hoy no ha sido la excepción, frente a mí veo pasar esa camilla con una sábana blanca, ahora si mi madre ha abandonado por completo la casa, su alma se fue primero, ahora lo ha hecho el cuerpo, tras ella salen muchos más, gente que nunca había visto, se quedan solo los que tienen que estar, silencio, ¿por respeto o por temor a decir algo indebido?... mi hermano se acerca a mí, y me abraza, yo no lo hago, me rodea con sus brazos y descansa su cabeza en la mía, siento que me asfixia con su pecho, no me gustan los abrazos de conmiseración, odio la lástima, y pienso que de ahora en adelante la gente va a sentir lástima por este pobre huérfano, definitivo, tengo que irme no solo de casa, sino de este lugar, abandonar los cafetales, dejar todo atrás, ir hacia un lugar donde nadie sepa que mi madre se ha quitado la vida, mi padre ha abandonado su escondite, está parado justo en ese mismo escalón donde estuve por varias horas, nos observa, pero no se acerca, se ve triste, no es el hombre que impone, aquel que me daba miedo al verlo entrar a la casa, es un hombre viejo, con un semblante acabado, permanecemos los tres en silencio, pero aún en mi cabeza sigo escuchando ese estruendo, que estoy seguro me va acompañar el resto de mi vida.

sábado, 8 de octubre de 2011

Mi camino

Para hablar de amor... no se necesitan palabras

Basta con miradas, es suficiente tomarte de la mano

Caminar a tu lado ha sido una aventura

Ha sido la vida misma, mi mayor anhelo



El tiempo me ha enseñado

Que la vida no es lo mismo si no estás a mi lado

Que eres fuerza, que eres paz

Que eres ese amor que late en mis adentros


Que junto a ti cualquier sitio es hogar

Que juntos podemos más, y que vamos construyendo

Que hemos recorrido muchos caminos

Pero siempre juntos, siempre de la mano


Que hoy comenzamos esa historia

Con la que tanto hemos soñado

Que damos otro paso

Que nos acerca a aquello que tanto deseamos



Hoy estoy a tu lado, con mi mayor certeza

Que cruzarte en mi caimno ha sido definitivo

Hoy me quedo contigo, porque eres tú mi camino