miércoles, 22 de julio de 2009

Fragmentos

-Me gusta como te ves.- dijo tomándome por sorpresa,
-Gracias… - me llevé la mano a la cabeza, tratando de hacer que el cerebro apurará una señal, dijera una palabra o inventará una historia – disculpa tengo que irme.- agregué, un tanto incómodo.

Era la primera vez que le veía desde aquel día, supuse que sería distinto, pensé que dolería, que despertaría algo en mí, las ganas de verle, abrazarle y besarle, pero el tiempo había pasado y el silencio se torno en algo largo.

-¿Puedo hablarte?- preguntó.

Al principio me limite a asentir con la cabeza, me di la vuelta, no quería seguir permaneciendo ahí, pero luego pensé que tal vez no habría otro momento.

-No creo que sea suficiente… no de esta forma, no tiene sentido, aunque tu hables, no voy a contestar.

Finalmente supe que se había terminado, que no habrían más inicios, pero tampoco finales, que había perdido la costumbre de dormir entre sus brazos, pero sobre todo de decir su nombre en el silencio, seguí mi camino sin mirar atrás, casi como lo he hecho desde mi principio, supe que seguía ahí, sin poder creer que resultará tan sencillo, pero yo no quise mirar atrás.

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