miércoles, 17 de marzo de 2010

Solitario... este sentimiento

Disfruto tu compañía, tus besos, tus abrazos, es más a veces hasta me envuelven tus palabras, pero al llegar la noche, vuelvo a ser el mismo, él que necesita su espacio, que se aleja, quien te deja con una pregunta en la cabeza, soy un tanto solitario.

Este mismo solitario que escribe mientras cae la noche y se da cuenta de todas sus manías, sus miedos, sus caprichos y sus obsesiones, de los deseos que guardo y que ansió el 11:11 para pedir uno cada día, pero ni uno tiene que ver contigo, aunque yo quisiera todo contigo.

No hago lazos muy profundos, más fáciles de cortar son las frutas que se encuentran muy cerca, por eso es que me acercó, tengo la manía de hacer creer que me han atrapado, que he cambiado y no es que sea traidor o mentiroso, por momentos yo también lo creo, lo siento, pero todo vuelve a desaparecer y me convierto nuevamente en solitario.

Ese que te ha regalado sus promesas y que cada noche se pregunta ¿Cuándo llegará el día que tenga que volver a agarrar maletas?, te escribo esta carta, por si un día me he marchado y no encuentras las respuestas, no quiero que te preguntes ¿en qué has fallado?, será mejor que te muevas, que no te quedes al borde del vació, que guardes unas dulces palabras, de esas que aún me dices al oído, porque recuerdo que yo ando en solitario.

A veces soy un tanto humano, de esos que sienten celos, que sienten la necesidad de abrazarte, que lo beses hasta el cansancio, de creer en el futuro juntos, de ver tus canas y tenerte a mi lado, otras tantas soy extraño me desespera la idea de llegar a necesitarte, que te acostumbres a mi aroma, tener que cargar contigo cuando sea hora de emprender el viaje.

Soy quien te romperá el corazón, quien te hará darte cuenta lo sencillo que es prometer, extrañar a alguien y pedirle que vuelva, prometerle hacer un intento, pero hay algo en mi naturaleza que me hace huir de todo aquello que signifique la opresión de la libertad de volar al viento, puede que llegue la hora de marchar en solitario y quizás tu no querrás esperar a que vuelva.

Prometo llevarte en mi memoria, guardar tus besos en un marco rojo, llevarme un pedazo de tu corazón, una brújula por si me pierdo, tu sonrisa que me alegra cada día, pero sobre todo me llevaré conmigo todos esos sentimientos negativos que te provoquen mi partida, porque quiero que recuerdes solo lo bueno de lo que has vivido conmigo.

Tal vez ni adiós diga, prometo mandarte una postal para decirte que todo está bien y que mi vida ha continuado, no te sientas culpable, esta es mi naturaleza, es como he vivido y seguramente será la forma en que me aparte de este mundo extraño, puede que me pierdas en la noche, con un dulce beso y la promesa de volver al siguiente día, puede que simplemente no aparezca, que me despida en una estrella, te regalo esa estrella, por si te quito la luz de tu sonrisa.

Te escribo esta carta mientras espero a que vuelvas, para que sepas que he sido capaz de extrañarte y que ansió verte ese día por la noche, no pienses que siempre planee marcharme de tu vida, simplemente es algo que tarde o temprano ocurriría, soy una canción que nunca se deja de tocar, que necesita encontrarse en cada espacio, una historia que no quiere terminar, que siempre quiere seguir volando, soy un tanto solitario, de mis costumbres y hasta algo ermitaño, soy ese solitario que te escribe esperando a que vuelvas.

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