lunes, 15 de junio de 2009

Yo soy Chiapas

Enigmática, salvaje y natural, son tan sólo algunos de los adjetivos que constantemente se utilizan para describir Chiapas, aquí el tiempo se confunde, se mezcla, se funde, en algunos rincones se detuvo y en otros avanzó rápidamente ocultando la huella del pasado, pero en la mayor parte se ha mantenido como testigo silencioso de los tiempos gloriosos que aquí se han vivido.

Antes viajar a Chiapas se consideraba toda una aventura, y no justamente por la cantidad de actividades que se pueden realizar en su territorio, sino porque llegar a este estado resultaba un tanto complicado. Actualmente las cosas han cambiado, el esfuerzo del actual Gobernador Juan Sabines Guerrero por mejorar las condiciones de infraestructura han permitido que el número de visitantes vaya en aumento y que los inversionistas volteen hacia el sur de México.

Hablar de Chiapas es hablar de sus colores, de sus sabores, de sus sonidos, todos tan iguales, pero a la vez tan distintos, cada uno con su forma particular, del frío al calor, de las playas vírgenes hacia las montañas que esperan ser conquistadas, visitar Chiapas resulta una aventura inigualable que se torna en una experiencia inexplicable, definitivamente se tiene que vivir.

Desde las pirámides de Palenque, a la entrada de la selva lacandona, esa selva mítica, que esconde misterios y que ha guardado los mejores secretos de la naturaleza, caminar por las calles de los pueblos coloniales, tomarse un chocolate caliente en la Plaza de San Cristóbal de las Casas, justo enfrente de la histórica catedral de Santo Domingo, recorrer el Cañón del Sumidero en todas sus formas, en lancha, a pie o simplemente subir hasta la cima y disfrutar la vista.

Dejarse conquistar por la magnitud de sus cascadas, sumergirse en sus aguas frías, admirar las famosas Cascadas de Agua Azul, descubrir las aún no conocidas Velo de Novia y el Chiflón, enamorarse por el sonido del jaguar y morir con la pasión del futboll esperando un gol del jaguar.

Perderse en el olor del café y conquistar la ruta del café, su gastronomía resulta ser tan amplia como las bellezas naturales con las que cuenta, su sabor es indiscutible y resulta ser toda una delicia para su paladar, colores y sabores mezclados y adornados con un poco del calor chiapaneco.

Desde los dulces típicos de leche a los tamales envueltos en hoja de plátano, el sabor del queso fresco y la pepita con tasajo que se come cada año en la celebración de San Sebastián, fiesta que llena las calles del pueblo de todos los colores con los bailes de los parachicos y el desfile de las chuntaes, hombres disfrazados de mujer para conmemorar a María de Ángulo.

Existen mil formas de llegar que se adecuan al presupuesto de cada visitante, puedes hacerlo llegando al Aeropuerto Internacional de Tuxtla Gutiérrez o bien por una de las tantas vías terrestres que se han construido y modernizado para recibir a los turistas.


Como también existen distintos hoteles para adecuarse al bolsillo de cada turista, visitar Chiapas sigue siendo una aventura, pero ahora puedes hacerlo de forma segura, se considera el segundo estado más seguro de la República Mexicana y ahora cuenta con servicios de primer nivel para su población.

El verdadero color y sabor de Chiapas sólo se consigue de una forma, sólo hay una manera de descubrirlo, ¡Chiapas… tienes que vivirlo!.

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