Somos seres predispuestos a la melancolía, a la nostalgia, a añorar aquellos años que se han ido de nuestras manos... a las pruebas me remito vemos remakes de películas y series, seguimos refritos en la televisión y enloquecemos al saber que nuestro grupo favorito se junto una vez más... pero eso de juntar canciones de los 80's para llenar un teatro... me parece un exceso.
Desde la primer tonada de la canción que nos recuerda la voz potente de una Amanda Miguel hasta la súbita aparición de los ídolos de los 80's resulta un viaje por el tiempo acompañada del exceso... exceso de emociones, de recuerdos, de aventuras, de lágrimas y risas... siempre vendrán tiempos mejores y aunque los seguimos esperando, seguimos guardando en un lugar muy especial a esos recuerdos.
Es inevitable no contagiarse por las reacciones del público la añoranza de las novelas, el canto desinhibido que acompaña a los actores y las risas de nervios y complicidad al recordar que nosotros estuvimos ahí también, tal vez unos más pequeños, otros más grandes, pero los 80's siguen siendo nuestra época.
No voy ahondar en detalles de la obra... más de los que ya he dado, resulta asombroso la maravillosa creación del director y orquestador de esta obra emblemática para los mexicanos que con mucha creatividad eligió clásicos conocidos y otros tantos que resultaron un tanto desconocidos para mis oídos, pero todo emboina perfectamente y hace que valga la pena.
Con una escenografía sencilla, pero que resulta suficiente y 5 voces alternando durante el tiempo que dura la obra son los culpables de que los asistentes canten, bailen, recuerden y sufran con los personajes, sin perder la picardía que caracteriza a la obra.
Espero tener la oportunidad de volver a disfrutar la obra y que los 80's sigan causando en mí tanta nostalgia como hasta el día de hoy... me lleve una sorpresa, sabía que sería buena, pero no sospechaba que era excelente.
Mentiras en el Teatro San Rafael en el DF
verdad que está genial esta obra?
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