jueves, 3 de febrero de 2011

Tenías razón

Era cierto… tenías razón, el tiempo hizo la suyo, la distancia, el destino, o eso que tu llamas una simple casualidad, sabes tengo ganas de hacerte una llamada… contarte como obscurece aquí antes de las seis… quizá tú no te acuerdes, pero muchas veces, solíamos hacer breves recorridos, mientras esa canción sonaba el stereo de mi auto.

Es un poco difícil hablar con uno mismo, cuando lo que uno quiere es hablar con aquella persona que se encuentra en la distancia, el tiempo ha pasado, y a veces aún sospecho, que son apenas días, pero no es cierto, ya son meses, pronto serán años, y cuando vengamos a ver quizá nos encontremos por accidente en un aeropuerto.

¿Sabes?... a veces tengo la costumbre de vagar por esos rumbos y acordarme de tus sonrisa, esos pleitos sin sentidos y las veces que te pedía que me dieras un abrazo, si, todas esas cosas, tu tristeza añeja, mi desgane por la vida, la risa de la media tarde y el frío de la noche, todo eso que hicieron que al menos un tiempo tú y yo viviéramos en las nubes.

Me dijeron que estas de regreso, ahora yo estoy un poquito más lejos, finalmente emprendí mi vuelo, ahora soy yo quien recorro el mundo, lo hago de vez en cuando, de vez en vez cada mes le escribo un correo a alguien que dice que me extraña, le cuento mis aventuras, mis tristezas, mis locuras, me hace compañía en la distancia, y aún que no me lo diga, se que cada noche cuando se va a la cama me extraña, y hace una oración para que un día me aparezca frente a su ventana.

Tenías razón, bueno, más bien yo tenía razón, soy un alma solitaria, sabes ya ni siquiera soy adicto al sexo, pero lo sigo haciendo a mis letras, ahora estoy muy lejos de aquel rincón que fue nuestro, los días son fríos, las noches heladas, pero me reconforta, a veces no salgo de mi casa, si, sigo escribiendo, por si te lo preguntabas, si, también a veces escribo sobre ti, sobre cómo era entrar en tu cuerpo y cuando me pedías que no me saliera, puede sonar un poco burdo si alguien más leyera estoy, pero la verdad, es que cada que me pedías que no saliera, y cada vez que yo decidía quedarme se trataba de mi alma, dejando un poco de esencia en la tuya.

Aquí ya es un poco tarde, he escrito todo el día, ¿sabes?, debo ser sincero, tengo que ser sincero, no sé si un día me vuelva a atrever a escribirte, pero por más que trate de convencerme … aún me haces falta.

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