martes, 21 de junio de 2011

El arte de caminar sobre puntitas…

El otro día en medio de una intensa sesión con mi terapeuta, me sugirió que comenzará a caminar sobre las puntas de los pies, me hizo ir y venir por el mismo camino una determinada cantidad de veces, cuando de la nada sentí un empujón que me hizo caer hasta el suelo, a lo que mi terapeuta dijo con una sonrisa “ves, cuando caminas pretendiendo ser, y no siendo, es mucho más fácil que alguien llegué, te empuje y caigas al suelo”.


Es inevitable no pensar que en la sociedad en la que vivimos, desde muy pequeños se nos enseña a aprender a ser, antes de que siquiera podamos comprender que es lo que somos, vivimos en una sociedad que privilegia las normas y reglas de conducta que no son más que una guía para convertirnos en seres robotizados, y que en estos tiempos nos asemejamos mucho más a seres estupidizados.


Estamos repletos de convencionalismos sociales que se hicieron para cubrir absolutamente a toda la población, sin importar el lugar donde hayas nacido, estudiado o vivido, los roles de nuestra sociedad están terriblemente marcados, y se espera que cada uno cumpla con su deber, para de esta manera no alterar el orden “natural” de las cosas.


De esta manera, es como hemos crecido, en un México de mexicanos no acostumbrados a pensar, y mucho menos a los ejercicios de razonamientos, pasamos constantemente la mayor parte del tiempo tratando de identificarnos con algún grupo, para no aceptar que en este camino estamos solos, aprendemos a fingir, y de cierta forma idealizamos a ciertos personajes, para de esa forma poder encajar.


Es cierto, la mayor parte de mi vida he caminado de puntitas, tuve la fortuna de asistir a Colegios, que ofrecían una formación completa, pero hoy aún después de estar graduado, sigo sin poder comprender ¿qué es lo que significa una formación completa?; porque realmente la mayor parte del tiempo me sigo sintiendo a medias, caminar de puntitas es un ejercicio extenuante que termina por cansarte, porque es cierto, a veces hasta la más ligera corriente de viento, suele hacer estragos.


Lo importante es reconocer, que ni todas las reglas, ni todos los convencionalismos deben entrar en nuestra persona, es cierto, todos traemos cargas, y pareciera ser que somos seres moldeados a la voluntad de los demás, pero nunca es tarde para romper el molde, y hacerlo a tu manera, descubrir tus gustos, tus sabores, tus olores, tus colores, pero sobre todo decidir tu propio camino.

sábado, 18 de junio de 2011

Dos

Es curioso, como hemos inventado excusas

Para no tener que chocar contra esta realidad que nos rodea

Hemos andado a obscuras, hemos andado a tientas

Esperando encontrarnos, sin tener que afrontarnos


Con pasos pequeños, para no cansarnos

Con amantes fugaces, para no enamorarnos

A tientas, siempre a tientas

Siempre con las manos, para saber que estamos tocando


Con las ilusiones rotas, el corazón cansado

Los sueños escondidos, los ojos cerrados

Pasamos de largo, pasamos sin ver

Porque tememos encontrar algo, que nos robe la mirada


Me has heredado una honda herida

Porque a tu lado, abrí mis ojos, mis brazos, y algo más

Porque decidí quedarme a tu lado, porque decidí de ti enamorarme

Pero veme aquí, escribiendo versos para poder justificarte


Somos dos caminantes que siguen su camino

Dos estrellas fugaces, que ni en la caída han coincidido

Somos dos, un poco de nada, un mucho de todo

Dos corazones rotos, con sueños cargados


Andamos a paso pausado, andamos con prisas para no tener que pensar

Andamos caminando en círculos, de mano en mano

De boca en boca, y ¿por qué no?... de cama en cama

Y yo espero volverte a encontrar

domingo, 5 de junio de 2011

Te he vivido

Te he vivido, te he vivido rodeado de inmensidad

He disfrutado tu ausencia, recordando tu presencia

He besado cada rincón de tu cuerpo

Y he entrado a las profundidades de tu ser


Le he murmurado tu nombre al viento

Lo he escrito en mi piel

Te he celado en silencio

Y me he quedado hasta el anochecer


Te he sentido, dentro, tan dentro que no sabía lo profundo de mí ser

Te he llevado, arriba, abajo, conmigo, a la distancia

Has sido parte de mi parte, parte de mi historia, parte de mi cuerpo

Lo he intentado todo, pero nada ha funcionado


Te he vivido, rodeado de la noche, de tomar tu mano

De escuchar tu voz, abrazando tus silencios

Le he pedido un deseo al viento, pero creo que no me escucho

Le conté nuestra historia a la luna, y tampoco me contesto


Y lo he dicho todo, y te he vivido, y te he sentido

Y te he pensado, y hoy me doy cuenta… que de nada ha valido.

sábado, 4 de junio de 2011

14 razones para odiarte

Tengo muchas razones para odiarte

Una, las mentiras que me dices cuando estamos juntos

Dos, los besos que te roban cuando finges cansancio

Tres, las veces que me dejas esperando


Y las voy coleccionando, estoy armando un rosario

Cuatro, por todo aquello que no me dices

Cinco, que no te das cuenta de que existo

Seis, porque siempre vienes cuando lo necesitas


Voy hacerte una lista, para que nunca las olvides

Siete, porque he sido fiel a tu presencia

Ocho, porque eso a ti que más te da

Nueve, porque hace tiempo que he dejado de sentir


Mientras más lo pienso, más lo siento

Diez, porque no soporto compartir el aire que respiras

Once, porque no te das cuenta el daño que me haces

Doce, porque finalmente haces de cuenta que no pasa nada


Necesito hacerte parte de mis recuerdos

Trece, porque me estoy cansando

Catorce, porque estoy decidido a olvidarte

Y dejarte en mi pasado

jueves, 5 de mayo de 2011

Una carta para decir adios

Tu y yo siempre fuimos frágiles, de papel, dos monedas al viento, quizá esa sea nuestra última explicación, fuimos la noticia de un día, el sucedo de una semana, el recuento de nueve días, después nos convertimos en distancia, en recuerdos, hasta que nos reducimos a una nada.


Casi nadie entiende cuando hablo de ti, de la manera en que sentí nos encontramos en una mirada, quizá fue más que necesidad, necesidad de compañía, ganas de creer que el universo conspiraba de cierta forma para salir los dos corriendo a otro espacio. Quizá fue tu necesidad de calentura, a ciencia cierta no lo sé, tu dijiste, yo quise creer, yo hice, tu quisiste que siguiera, dos locos, dos ciegos, tomé el camino al matadero, lo hice lento, de una forma paulatina, y una vez que llegue justo al vació tuve miedo de saltar, entonces me quede sentado.


He permanecido un tanto inmóvil, todos los días me convenzo y me digo “hoy si te voy a olvidar”, “hoy no te voy a extrañar”, “hoy ya no estás conmigo”, “hoy lo voy a intentar”, pero todavía guardo muchas cosas que me gustaría decirte, me gustaría decirte que no te he olvidado, que si te he extrañado, que de cierta forma siempre estás conmigo, y que no he tenido el valor para intentarlo, eso y muchas otras cosas, uno que otro secreto, los tengo bien guardados, y quizá un día me arme de valor y te lo diga de frente.


No sé si tenga el valor de hacerlo, quizá lo mejor sea verte y hacer de cuenta que no ha pasado nada, quizá nunca paso nada, y todo fue un estúpido invento en mi cabeza, pero todavía recuerdo las largas noches a tu lado, tus cosas y mis cosas, tus sueños, y mi no saber ¿qué hacer?, creo que éramos una bomba de tiempo, una bomba que exploto en mis manos, y dejo una profunda herida.


A ciencia cierta, no sé si voy a tener el valor de preguntarte ¿qué fue lo que nos sucedió?, ¿dónde nos perdimos?, ¿y las promesas?, ¿y ese cuento de que los seis meses se pasarían volando?, estos seis meses han pasado tan de prisa, que casi arrancaron de tus manos tus promesas y mi recuerdo, que estoy seguro se difumina entre los vientos… quizá nunca tenga el valor de preguntarlo frente a frente… cuídate.

jueves, 14 de abril de 2011

Cartas a Tellez

Se supone que debería estar leyendo de género, pero me has invadido la imaginación, la conciencia, los recuerdos, has ocupado este lugar pequeñito, que tenía letrero de “reservado”, sin saber que tu serías quien lo iba a ocupar. Quiero escribirte todas mis letras, por si acaso nos volvemos a separar, sepas que siempre he pensado en ti, desde aquel primer encuentro, aquella pequeña confesión y esa estúpida pregunta que fue la que nos unió.

Desde mi regreso llevo pensando en ti y buscando cualquier pretexto para hablarte, para provocar tu sonrisa y escucharla a miles de kilómetros de distancia, cualquier razón es buena para saberte cerca, aunque te tenga lejos. Y te escribo en corto, te lo digo muy bajito, “no te bajes del barco, el viaje no ha empezado”, y recuerdo muchas cosas, pero sobre todo recuerdo este segundo aire, tú y yo sin escapatoria, en la misma ruta, en el mismo lugar, cruzando miradas y el corazón a mil por hora.

No puedo decirte que te amo, pero quizá un día te lo escriba, y escriba muchos te amo’s, pero hoy, hoy ha sido demasiado, volvernos a encontrar, justo en ese mismo lugar, dices que he cambiado, tú te ves completamente igual, he descubierto que usas lentes, hace tres años que dejamos de mirarnos, de hablarnos, de sabernos vivos, aunque sabíamos que rondábamos por ese mismo mundo, sin saber que un día nos íbamos a volver a encontrar.

Y de la nada te robo un beso, no hay necesidad, ya te he besado demasiado, pero podría seguir besándote, te quiero comer a besos, te quiero comer cada rincón, quiero descansar en tus profundidades, navegar por esos lugares que alguna vez fueron míos, no hay te quiero’s, no hacen falta, pero quizá si seguimos en este camino los podamos inventar, crear y decirlos con todas sus letras.

Cartas a Tellez es mi manera de confesarme, de traerte a mí, de tenerte cerca, de hacerte saber que así como si nada, así has llegado y yo no quiero perderme de un segundo de tu existencia.

miércoles, 13 de abril de 2011

Soy... lo que

Soy tan pequeño que a veces me lleva el viento, me arrebata mis emociones, se lleva mis ilusiones, pero me deja rodeado de todos mis miedos, soy tan efímero como el verbo de tu boca, el dulce sabor de tus labios y esa piel tan tersa donde me pierdo cada que te encuentro en mi camino, soy de hielo, y me derrito al sentir el tibio roce de tus labios.

Me he hecho frágil, para poder sentirte, he quitado barreras, he derribado muros, he acomodado cada rincón de esta construcción para que te sientas a gusto, para que te sientas parte, para que te sientas invencible en estas tierras ajenas, he hecho de todo, con tal de que te quedes a mi lado, he aprendido a callar, a fingir, a hacer de cuenta que aquí no pasa nada, y lo único que pasa es que recibo la pasión de tus brazos.

Nadie sabe que es contigo con quien sueño, todos ignoran que es a ti quien me debo, dicen que me he vuelto un muerto, pero me basta con saberte cerca para retomar vida, para retomar el camino, para retomar en ti todo aquello que he perdido. Me he vuelto tuyo, y no tengo la intención de dejar de serlo.

Soy ese que te espera, soy ese que te sueña, soy ese que siente, soy ese que te dice, soy ese que te calla, soy ese que ha dejado de ser, para ser eso que tu quieres… soy pequeño, y soy tan grande cuando me tocas, soy feliz cuando te quedas, soy desdichado cuando se que andas en otros brazos, soy lo poquito que me has dejado… soy lo mucho que anhelas estando lejos de mis brazos.