Hace tiempo que no escribo, que no confieso, que no reparó en mis temores y tampoco en los sinsabores, es la vida y soy yo o soy yo y es la vida, mi tiempo, mi escudo, mis palabras, mi derecho, no quiero ser una sombra más, no quiero ser la imitación de algo genuino, quiero ser lo genuino.
Me detengo en mis pasos y me doy cuenta que aunque joven soy, a veces me canso, suspiro y a la vez me olvido de respirar, respiro y sigo suspirando, porque siempre hay caminos, sueños y metas que faltan por conquistar.
No soy la mitad de nada y no quiero ser la mitad de nadie, quiero ser completo y total, quiero ser la suma de todos mis miedos y el anhelo de todos mis sueños, me siento afortunado.
Lo he hecho publico y creo que debí haberlo mantenido en privado, pero es una lección de vida completa, irreverente, me confieso entre letras y me reconozco entre ideas ajenas, nadie dijo que fuera sencillo y a mi me gusta doble, me gusta tomar de más y guardar un poco, disfrutar y gastar.
Y sigo siendo el mismo, solo que he aprendido a defenderme
Y sigo siendo el mismo, solo que he aprendido a no callar
Y sigo siendo el mismo, solo que he aprendido a aceptarme
Y sigo siendo el mismo, solo que he perdido el temor a equivocarme
Y sigo siendo el mismo, el terco, el caprichoso, el irrespetuoso, pero siempre siempre el noble que cree que en esta vida aun todo se puede.
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