lunes, 2 de agosto de 2010

Esta es nuestra despedida

Es cierto… no te lo voy a negar, es más, ya ni siquiera te voy a contradecir, ni contar otra historia, ¿ya, para qué?, o debería decir ¿para cuándo?... tienes toda la razón cuando lo has dicho, no sé si cuando lo gritas, porque cuando gritas suelo perderme en el horizonte, que te entiendo, mucho más de lo que crees y lamento que los domingos en la cama te parezcan sumamente aburridos.

Que es la una de la mañana y nuestro barco se dirige al naufragio, que vamos cuesta abajo, caminando en solitario y muchos de esos silencios, que tú esquivas mis miradas y yo ya no soportó tus besos, tus abrazos me sofocan y mis pláticas ya no te interesan, tus ronquidos me molestan y mi pasividad te nerva, que puede que tengas razón y sea yo, que puede que tenga razón y seas tú, pero si de algo estoy seguro es que ya no somos nosotros.

El otro día te vi salir del cuarto, tu cuerpo húmedo y tu paso pausado, yo me hice el tonto, me quede ahí en ese lado seguro, cerré los ojos y me hice el dormido, escuche tu respiración tan de cerca, pero ya ni siquiera despiertas mis instintos, la otra noche que volví a casa vi que con prisa a la cama te metías, que apagabas la luz y fingías dormir, te conté tantas tocas, mientras tu creías que yo creía que no me hacías caso, se que te di en la herida, la prueba fue que al día siguiente el mal humor fue tu compañía.

¿Yo?, silencio, sin ganas, ¿te puedo contar un secreto?, el otro día en el supermercado intercambié miradas, nos vimos desde lejos, estoy seguro que los dos comenzamos a jugar ese juego, ese juego que alguna vez tú y yo jugamos, ya sabes, ese de que me cruzó sin querer por tu camino y al rato choco por accidente contigo, casualmente compramos lo mismo y te hago una pregunta tonta y respondes con una sonrisa.

No, no, no, se que no hice bien, ni tienes que decírmelo y tampoco te molestes en recriminarlo, ¿para qué?, eso no se compara con el enorme cuerno que ya traigo en la frente y te juro que no es revancha, a estas alturas el cuerno es un accesorio que me empieza a gustar demasiado.

Por cierto, el otro día me encontré a tu madre, me dijo que le hablarás, pero esa noche discutimos por algo, no me acuerdo, creo que fue por el color de la pared o la comida estaba fría, según yo venías de malas, habías tenido un pésimo día de trabajo y yo estaba aburrido, así que encontré divertido fregarte un rato, confieso que las cosas que me dijiste me molestaron demasiado, así que me quedé con el recado.

Si te digo, que eso de vivir en pareja nunca ha sido tan sencillo, sólo de pensar que tengo que empezar a recoger mis cosas y ¿si te las vendo?, te las dejo a mitad de precio, sólo me voy a llevar mi ropa y uno que otro objeto, odio las mudanzas y me gusta viajar ligero, tal vez podríamos vender todo y repartirnos el dinero y ya de paso los recuerdos y si te quedan ganas me das un beso de despedida y si quiero te doy la cogida de tu vida.

Sí, sí, sí, que me acuerdo, que nunca se me olvida, que tengo que ir a misa los domingos para redimirme por los pecados, anotar en el refri los pendientes, apagar la luz antes de salir de casa y desconectar la plancha, que el celular se conecta cada noche, lamento todas esas veces que me hablaste y se iba directo al buzón, nunca ha sido a propósito, sólo que sabes que la tecnología no es lo mío.

Lo sé, la tarjeta se paga una vez al mes y del resto me acordaré en el camino, oye y ¿te puedo llamar alguna vez?, digo para pedirte un consejo, saber ¿cómo estás?, de vez en cuando escuchar tu risa, tú también puedes hablarme, es más si te quedas sin gasolina yo te la llevo y no te cobró, cambiarte un foco y abrigarte cuando haga frío, es más podemos ser como esas parejas modernas en que salen a comer todos y cuentan chistes y conviven, ¿qué te parece la idea?

Bueno me voy a escabullir como buen cobarde a media noche, hay un poco de lluvia, pero este es mi momento, prometo volver por mi cosas y hablarte, tómate tu tiempo, yo aún tengo un poco de ropa en mi departamento, ya encontraremos la forma de dividir el resto, amor mío ten dulces sueños, amor mío ten buena vida, amor mío abrígate del frío, amor mío no me borres de tu memoria… te amo y te voy amar por siempre, pero esta es nuestra despedida.

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