sábado, 28 de marzo de 2009

... historias que nunca acaban ...

Debo confesar que no tengo todas las respuestas y tampoco busco contestar todas las preguntas, y existen unas cuantas que por mas que lo he intentado simplemente no funciona. Ojala todo fuera tan sencillo como ponerle un punto final y cambiarle la vuelta a la hoja, pero realmente ¿Que sucede cuando nuestra historia tiene mas vidas que el ave fénix?

Supongo que hay cosas que no queremos que nunca terminen una buena conversación con un amigo, una taza de café, una tarde de lluvia, nuestra canción favorita, un programa de televisión o simplemente un buen beso bajo la lluvia con sabor a tabaco y a café... pero por lo consiguiente existen otros puntos que nos atrapan, que creemos saber el camino en el que andamos, que vamos con seguridad, aunque sabemos que por dentro somos un mar de confusión, digamos que son esas historias que sabemos no tienen nada de bueno, pero aun así internamente deseamos que nunca terminen.

He escrito dos párrafos y no logro concretar la idea principal que me inspiro este texto, puede que este dando vueltas, para no tener que llegar al punto donde tenga que aceptar que tengo tanta responsabilidad como tu en este juego, pero puede que me resulte mucho mas cómodo seguir culpando a la vida y a tu fuerza de atracción que ejerces en mi, aunque debo de decir que tienes todas las cualidades que necesita un buen timador, para robar un corazón.

Hace apenas dos semanas te dije con toda seguridad que había encontrado la forma de zafarme de ti, de olvidarme de ti y que tus palabras ya no tendrían resultado alguno, inclusive escribí una o dos canciones para celebrar mi repentina libertad, que vengo declarando desde el primer momento que nos dijimos adiós, y es que puede que sea cierto que desde el día que decidí alejarme de tu vida, conocí el dolor y me hice adicto a su sabor.

Tu insistes en decir que somos pasado y yo insisto en creer que te creo, pero lo raro de todo esto es que no creo ser el único que anda dando vueltas en nuestra historia, tu peleas vienes a mi, yo estoy triste y deseo que estuvieras aquí, una canción, dos canciones, una historia, un cuento, un olor, algo tonto, cualquier cosa es pretexto para hablar de ti y de mi en el pasado, tal vez somos como esa canción que dice y te vas y te vas y tu te olvidas que una historia tan bonita es difícil de olvidar.

Y aunque a veces parezca que tengo todas las respuestas, puede que me falte una y puede que realmente la necesite, que es la puerta de salida, pero no una escapatoria, no una salida de emergencia, la salida principal, la que me indique por donde es el camino, la que me deje claro que una vez afuera, no hay forma de regresar... estoy seguro que todos tenemos historias que nunca acaban, pero estoy mucho mas seguro que el tiempo y la distancia son dos aliados de la palabra olvido, pero también puede ser cierto que olvidarte, es una forma de pensarte.

1 comentario:

  1. Pfffff.. esas historias ilógicas, esas que sabemos que no nos llevarán a ningún lado, que nos embriagan poco a poco hasta que nos perdemos en ellas.. esas son las historias más difíciles de soltar. y quizá jamás las soltamos.

    ResponderEliminar