Es inevitable no sentir como el alma se va quebrando,
para hacerse añicos, y las sonrisas
se vuelven falsas, y las miradas tristes
Es inevitable no sentir el miedo
De volver a encontrarte, tocarte, y amarte
Pero sobre todo olvidarte
Y no poder reconocerte a la mitad de mi trayecto
Duele tanto ese recuerdo, que sigue siendo tan presente
Ese miedo convertido en rabia
Y la tristeza en una alegría falsa
Es inevitable no decirte… que no puedo, no estoy hecho para quedarme
Es inevitable no pedirle al tiempo
Que se lleve todas estas heridas de la vida
Para no tener que cobrarte a ti
Una factura indebida
Es inevitable no decirte, que no me quedo
Por temor a lastimarte, a darme cuenta que todo aquello
Que tanto he negado, es lo que me he convertido
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